Desde primera hora de la mañana, los chavales recorren las calles cargados con campanas que agitan con fuerza para asustar a los malos espíritus. Vestidos con una bata azul y un gorro rojo, visitan las casas del pueblo recogiendo dinero, bollos y golosinas que más tarde comparten en un baile que se prolonga hasta bien entrada la noche.
Esta costumbre inspiró uno de los cuentos infantiles más conocidos de Suiza, el 'Schellen-Ursli' , es decir, 'Ursulita de los Cascabeles', un libro de la escritora Selina Chönz, publicado en 1945 con unas preciosas ilustraciones del pintor Alois Carigiet que sigue reeditándose en la actualidad.