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jueves, enero 29

Tradicionalistas

Desde hace casi una semana, Ecône, en el Valais, está en todos los medios que informan de religión y en otros muchos que no se dedican a este tipo de información. Y todo porque allí se encuentra la principal sede de la la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, creada en 1970 por monseñor Marcel Lefebvre y allí descansan sus restos mortales desde 1991. No deja de ser una paradoja, que los ultratradicionalistas católicos se refugiasen en la cuna del calvinismo.

Lefebvre, que había sido suspendido 'a divinis' por el Papa Pablo VI, fue excomulgado por el Papa Juan Pablo II en 1988 porque él mismo decidió separarse de la comunión católica ordenando a cuatro obispos sin mandato pontificio, que también fueron excomulgados. Los seguidores de Lefebvre, hasta ahora, no reconocen validez al Concilio Vaticano II y se aferran a las más rancias tradiciones y a una forma de entender el catolicismo muy minoritaria. Gracias a Dios, añado yo.

El pasado sábado, el Papa Benedicto XVI tomó la decisión de levantar la excomunión a estos cuatro obispos, a petición del superior de la Franternidad, el suizo Bernard Fellay, uno de los cuatro ordenados que incurrieron en excomunión. Al parecer, han pedido perdón al Papa, han mostrado arrenpetimiento y quieren regrasar al seno de la Santa Iglesia Católica Romana, para lo que el levantamiento de la excomunión es un paso imprescindible. La Iglesia no va a cambiar una sola línea del Concilio Vaticano II, por lo que ahora, es la Fraternidad la que debe aceptar todo el magisterio de la Iglesia, incluido el que se deriva del Vaticano II.

El problema radica en que los llamados lefebvristas no sólo mantienen posiciones radicales en lo que se refiere al catolicismo sino que una buena parte de ellos no ocultan sus simpatías por las posiciones políticas más ultraderechistas, así, por ejemplo, monseñor Richard Williamson, alineado con los negacionistas del Holocausto nazi, lo que ha provocado airadas protestas de la Conferencia Episcopal Alemana y de otros muchos católicos en todo el mundo, entre los que también están los obispos suizos.

Para alivio de muchos católicos, entre los que me cuento, el Papa, durante su audiencia general de ayer, se distanció de manera clara de las declaraciones de Williamson, ratificó su 'solidaridad total e indiscutible', con los judíos y manifestó su esperanza de que la memoria de la Shoah sea para todos una admonición contra el olvido, el negacionismo o el reduccionismo y sirva como advertencia contra 'el imprevisible poder del mal cuando se apodera del corazón de los hombres'.

1 comentario:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

Desde el 06/11/06...

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