
Además, el Gobierno inyectará otros 6.000 millones de francos suizos, a través de un préstamo de conversión obligatoria. De esta manera, la Confederación Helvética detentará el 9,3 % del capital del banco.
El presidente de la Comisión Federal de Bancos, Eugen Haltiner, dijo en una rueda de prensa que UBS pidió ayuda al Gobierno a causa de una pérdida de confianza y de dificultades de refinanciación pero negó que las medidas tuvieran que ver con problemas de capital. Sin embargo, la cruda realidad dice que el primer banco del mundo en gestión de fortunas ha tenido que pedir socorro al Gobierno para no hundirse en la zozobra financiera. Marcel Rohner, miembro de la dirección del banco, ha tenido que reconocer que 'no hubiese sido posible encontrar inversores privados para cubrir los componentes de la crisis, sólo la Confederación podía hacerlo'.
Suiza, cuyas plazas financieras de Zürich y Ginebra se encuentran entre las diez más importantes del mundo, se suma así a la lista de países que no han visto otra solución a la crisis de confianza que domina el mundo de las finanzas que garantizar la supervivencia de sus sistemas bancarios con la ayuda de 'papá Estado'.
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