Entre Sierre y Salgesch, en el Valais, existe un sendero que recorre campos de viñedos y que lleva hasta la fortaleza de Muzot, la casa en la que vivió varios años, hasta su muerte, Rainer Maria Rilke. El poeta se trasladó a Suiza en el verano de 1919 y residió sucesivamente en Soglio, Locarno y Berg am Irchel hasta que dos años más tarde fijó su residencia definitiva en el Valais; allí, Rilke terminó de escribir las Elegías del Duino y Los sonetos a Orfeo y mantuvo una relación con Elisabeth Dorothea Spiro, la madre del pintor Balthus. En realidad, el poeta fue un seductor que enamoró a marquesas, duquesas y princesas de toda Europa, incluyendo a la Princesa Marie von Thurn und Taxis, su principal mecenas, quien le cedió su Palacio del Duino, a orillas de Adriático, y a quien también pertenecía su última residencia suiza.Murió de una leucemia el 29 de diciembre de 1926 en el Sanatorio de Valmont. El empeoramiento de su estado físico, que lo llevó a la muerte, se produjo después de pincharse con la espina de una rosa mientras cuidaba el jardín del Castillo de Muzot. Sin ninguna duda, la suya fue una muerte poética. Tenía 51 años y dejaba tras él una vida apasionante. Cumpliendo sus deseos, fue enterrado el 2 de enero de 1927 en el cementerio de Raron. Él mismo escogió su epitafio:
'Rose, oh reiner Widerspruch, Lust,
Niemandes Schlaf zu sein unter soviel
Lidern'.
Niemandes Schlaf zu sein unter soviel
Lidern'.


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