Construido en 1900 bajo la influencia del Art Nouveau, mantiene el recuerdo de la Belle Epoque y la elegancia, la discreción y la tranquilidad siguen siendo sus señas de identidad. Fue un balneario de lujo y hoy es un lujoso hotel, con categoría de único conforme al sistema suizo, en el que por 1.400 CHF se puede disfrutar de una estancia de una semana con derecho a dejar pasar el tiempo, tumbado en una hamaca, en su soleada terraza con vistas al espectacular paisaje alpino.
A 300 metros de altura sobre Davos, en una zona en la que está prohibida la circulación de vehículos a motor, salvo para acceder al hotel, se pueden vivir, sin duda, momentos inolvidables y sentir la tentación de quedarse allí no siete días sino siete años.
El hotel se llama Schatzalp y está, lo habrán adivinado, en el corazón de La Montaña Mágica.
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viernes, noviembre 30
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2 comentarios:
Ay, T, estuve buscando una foto así de clara durante muchos días. Veo a Hans Castorp, a su primo, a Settembrini, a las bandadas de enfermos viviendo en un mundo ajeno al propio mundo y paseando entre la nieve con esos gestos frívolos y entrañables, con ese deseo torpe de vivir y yéndose, yéndose mientras la vida de los de abajo sigue como si nada... Algún día trataré de pasar esa semana sobre las hamacas del Balneario, espero que con los pulmones limpios... Un beso emocionado.
Me encanta encontrar a otro apasionada de La Montaña Mágica, Sir, porque suelo encontrarme muy sola defendiendo su lectura y su relectura.
hace algunos años estuve tomando café en el Schatzalp pero tampoco pierdo la esperanza de dejar pasar el tiempo allí, al menos siete días.
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