
Días antes, el portavoz de la Santa Sede, el P. Federico Lombardi, S.I., había declarado que el Vaticano considera estas ordenaciones ilegítimas ya que la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, a pesar del levantamiento de las ex-comuniones del pasado mes de enero, no goza todavía de status canónico en la Iglesia Católica: 'mientras la Fraternidad San Pío X no tenga una posición canónica en la Iglesia, sus ministros no pueden ejercitar ministerio legítimo en la Iglesia, y mientras los temas concernientes a la doctrina no estén clarificados, la Fraternidad no tiene estado canónico alguno en la Iglesia y sus ministros no ejercitan de manera legítima ministerio alguno en la Iglesia'.
A pesar de ello, Fellay sostiene que estas ordenaciones no son una provocación. La ceremonia, oficiada en latín, según el rito anterior al Vaticano II, duró más de cuatro horas al aire libre.
La Conferencia Episcopal Suiza, según ha declarado su portavoz, Walter Müller, considera que estas ordenaciones sacerdotales son 'una señal de que la Fraternidad no está ligada con Roma y con el Papa'.
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