Grengiols, en el Valais es un típico y adorable pueblecito alpino en el que se conservan todas las tradiciones que se le suponen a un enclave rural helvético. Pero además, es conocido por todos los botánicos del mundo por ser la patria de uno de los tulipanes silvestres más raros y misteriosos: la tulipa grengiolensis, una variedad que sólo puede encontrarse en el paraje conocido como Kalberweid, en las afueras del pueblo.
A mediados de mayo, y a más de 1.000 metros de altitud, allí florecen más de 3.500 tulipanes de esta variedad única en cuatro parcelas de alrededor de 1.200 metros cuadrados que, desde 1994, son un espacio natural especialmente protegido por el gobierno del cantón y que desde 1993 son propiedad de la Liga Suiza para la protección de la Naturaleza.
Esta variedad fue descrita en 1946 por Eduard Thommen y florece en tres colores: amarillo con filos rojos, rojo y naranja.
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