
Más tarde, el gobierno suizo le encargó la dirección del orfanato de Stans donde también intentó aplicar sus teorías educativas, basadas en el 'Emilio' de Rousseau. Su último proyecto educativo fue el Instituto de Yverdon, donde los niños aprendían a través de la práctica y la observación y por medio de la utilización de los sentidos. Sin embargo, hay que decir que Pestalozzi fue de fracaso en fracaso, unas veces por problemas económicos y otros por discrepancias con su sistema de educación.
Para Pestalozzi era fundamental educar al niño en la familia, desde muy pequeño, despertando su interés por aprender y sin abrumarlo con información que ni siquiera es capaz de comprender. Defendía que la observación es la fuente de todo conocimiento y que en consecuencia la educación debería ser intuitiva, algo que explicó en su obra 'Como Gertrudis enseña a su hijo'.
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