El Tiempo, que no era de la especie del tiempo medido por los relojes de las estaciones, cuyas agujas avanzan por sacudidas de cinco en cinco minutos, sino más bien el 'tempo' de los pequeños relojes, cuyo movimiento de agujas permanece invisible, o de la hierba, que ningún ojo ve crecer a pesar de que continuamente crezca. El Tiempo -una línea compuesta de puntos sin extensión- había continuado arrastrándose invisible, secreto y, sin embargo, activo, produciendo cambios.
La Montaña Mágica
Thomas Mann
La Montaña Mágica
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