
El individuo quisiera tener ante su ojos toda clase de metas, objetivos, esperanzas, perspectivas, de los cuales pudiera extraer el impulso para realizar grandes esfuerzos y actividades. Pero cuando lo impersonal que le rodea, cuando la época misma, a pesar de su agitación, está en el fondo desprovista de esperanzas y de perspectivas, cuando se revela ocultamente desesperanzada, sin objetivos y desconcertada; cuando a la pregunta, planteada consciente o inconscientemente, pero planteada de algún modo, acerca de un último sentido, incondicionado, más allá de lo personal, de todo esfuerzo y de toda actividad, responde un silencio vacio, la actividad de un carácter recto quedará inevitablemente paralizada, y esta influencia, más allá del alma y de la moral, se extenderá hasta la parte física y orgánica del individuo.
La Montaña Mágica
Thomas Mann
2 comentarios:
G.
Si no es indiscreción ¿Por qué una versión en inglés?
Ya he puesto la alemana y no recuerdo ahora si también la española, G. En este blog hay más de una entrada dedicada a La Montaña. Y habrá más porque es una de mis debilidades.
Ha sido una sorpresa encontrármelo por aquí.
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