
La obra ha costado 4.300 millones de francos suizos (unos 2.580 millones de euros), un 35 por ciento más de lo presupuestado inicialmente en 1998. Ha sido financiado con los impuestos a los vehículos pesados que transitaban por Suiza y a la gasolina y por créditos del sector privado que, a su vez, han participado en la construcción la obra.
No sólo Suiza se beneficia de este gran túnel, también significa un gran avance en las comunicaciones dentro de la Unión Europea, ya que los trenes de Alemania, Francia e Italia lo usarán también acortando de manera notable el tiempo que hasta ahora necesitaban para enlazar Alemania e Italia.
La firma BLS AlpTransit, constructora del túnel, entregó oficialmente la obra a la Confederación y de manera simbólica, depositó en las manos de Moritz Leuenberger, el ministro suizo de Transportes, un fragmento de raíl.
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