Ginebra es la cuna del imperio Davidoff, una de las marcas de cigarros más apreciadas del mundo, fruto del trabajo del conocido como 'el rey de los puros'. Natural de Kiev, Ucrania, Zino Davidoff emigró en 1911 a Ginebra, donde su padre, Henry, abrió una tienda de tabacos en el Boulevard des Philosophes, un local que tuvo entre sus primeros clientes a Lennin.
El entusiasmo de Zino, que a los 19 años decidió viajar a Sudamerica y trabajó en plantaciones de tabaco de Brasil, Argentina y Cuba para aprender todo sobre el mundo de los cigarros, convirtió a la pequeña tienda en un lugar imprescindible para los fumadores y su fama superó las fronteras suizas cuando, años más tarde, Zino tomó las riendas de un negocio que ya no se limita al mundo de los cigarros puros y que se extiende a los perfumes y a los artículos de lujo. Un mundo, el del lujo, nada ajeno a Zino Davidoff, que siempre fue considerado un modelo de 'bon vivant' y que tenía como lema de su negocio este: 'fume menos, pero mejor y con más tiempo, haga de ello un culto, una filosofía'.
Zino Davidoff convirtió el pequeño negocio familiar en la primera cava de habanos del mundo y sus conocimientos y contactos le permitieron importar los mejores puros cubanos, convirtiendo su tienda en destino obligado para los fumadores más exquisitos. Durante la II Guerra Mundial, Davidoff se hizo cargo del mayor almacén de puros cubanos fuera de la isla, con sede en Francia, antes de la invasión alemana. Al finalizar la guerra los cubanos le propusieron el reto de desbancar a los puros alemanes, suizos y daneses, los principales del mercado europeo en ese momento. Un objetivo que cumplió con creces.
En 1946, creó su famosa línea 'Château' con cigarros a los que les dió un nombre similar al de los grandes vinos de Burdeos y en 1970 se asoció con su amigo de muchos años, el doctor Ernst Schneider, y vendió gran parte del negocio a la empresa familiar Oettinger, de Basilea. Desde los años 90, los puros Davidoff ya no se fabrican en Cuba sino en la República Domicana.
Davidoff murio en enero de 1994 y este año, su imperio conmemora los 100 años de su nacimiento.
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miércoles, noviembre 8
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5 comentarios:
En mi época de fumador nunca lo fui más que de cigarrillos, aunque envidiaba a mi buen amigo H. que acostumbraba a fumarse sus buenos puros. Él tenía algo en aquellos momentos que a mi se me escapaba: un humo diferente, más denso y visible, más parecido a lo que podría ser la imagen de un pensamiento formulado en silencio en una habitación en penumbra.
Conozco Ginebra, ciudad en la que uno de mis mejores y más queridos amigos vive desde hace un par de años con su familia, y que en ocasiones hemos recorrido los dos en busca de ese maravilloso queso Gruyere con cristalitos de sal o al vino... . Por eso me hace ilusión saberte allí, mi querida T.
Gracias por dejarme las coordenadas de esta tu casa, aunque tengo que decirte...¿¡Por Dios!, y la poesía?
Un abrazo muy fuerte y sincero ;-)
Querido Almach, es una alegría verte por aquí. Te aclaro que no estoy en Ginebra, este blog, o lo que sea que no lo tengo muy claro, es un antiguo divertimento que tengo desde hace tiempo y que sólo se ocupa de curiosidades suizas.
También hay poesía, si rebuscas entre sus páginas encontrarás algunas.
Un beso.
Rebuscaré hasta que las encuentre, eso sí, espero que no estén en Alemán...jajajajaja.
Aclarado lo de Ginebra, adiós a un paseo por el lago ;-)...
Volveré a visitarte...hasta que sepa más de Suiza que mi querido amigo (mira que se te ha ocurrido algo curioso...).
Un beso.
Hay etiquetas por ahí abajo, para que no te cueste mucho trabajo encontrarlas.
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