Max Frisch (Zürich, 1911-1991), estudió y ejerció la arquitectura en su ciudad natal, trabajó como corresponsal periodístico en Europa y Oriente Próximo y decidió dedicarse plenamente a la lieratura a los 44 años, tal vez porque como él mismo dejó escrito 'la literatura puede ser una buena terapia personal, una especie de psicoanálisis por el que no se paga al psicoanalista'.
En 1957 publicó 'Homo faber', su novela más importante en opinión de muchos, que fue considerada el punto de inflexión de la literatura suiza contemporánea y por la que fue galardonado con uno de los más prestigiosos premios literarios del ámbito germano: el Georg Büchner. Su protagonista, Walter Faber, es un hombre racional por excelencia, convencido de que usando la razón puede controlarlo todo y que termina viviendo una imprevisible tragedia griega. Pretende que la objetividad presida su vida, una vida en la que no caben los sentimientos, pero el destino se interpone en su camino y todo se derrumba porque no es un hombre tan fuerte como él pretende.
En ella, Frisch critica la fe ciega en el progreso y los prodigios de la técnica, olvidando que existen principios transcendentales inasibles a la razón, y hace una profunda reflexión sobre la fragilidad del hombre y su impotencia ante fuerzas superiores tan incontrolables como imprevisibles. En 'Homo faber' están desarrolladas las grandes preocupaciones que el literato suizo tuvo toda su vida: el sentimiento de culpa, la contraposición entre el progreso y la naturaleza, la neutralidad suiza, el antisemitismo y también el amor. Fué llevada al cine en 1991 por Volker Schlöndorff, con el título de 'El Viajero' y pasó prácticamente desapercibida, al menos en España.
Frisch también cultivó el teatro y en 1953 estrenó 'Don Juan o el amor a la geometría', en la que nos dibuja a un conquistador sensible, melancólico e insatisfecho de su propia leyenda que, para apartarse del mundo, se refugia en los estudios matemáticos. Como buen suizo, Frisch tampoco se olvidó de Guillermo Tell, al que retrató de manera irónica en su obra 'Guillermo Tell, una historia ejemplar', publicada en 1971.
Frisch obtuvo el premio de la Paz de los libreros alemanes y también forma parte de la numerosa nómina de grandes escritores a los que la caprichosa Academia Sueca ha negado un Nobel más que merecido.
Este blog no está subvencionado por la Confederación Helvética.
miércoles, octubre 18
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Temas
- Alpes (27)
- Arquitectura (9)
- Artes (37)
- Cantones y ciudades (56)
- Cementerios (6)
- CERN (11)
- Ciencia (35)
- Cine (16)
- Curiosidades (49)
- Davos (6)
- Deporte (41)
- Economía y empresa (27)
- Educación (7)
- España (53)
- Federer (10)
- Gastronomía (12)
- La Montaña Mágica (22)
- Lengua y literatura (97)
- Miscelánea (38)
- Museos (15)
- Música (46)
- Muy personal (10)
- Organismos internacionales (25)
- Personajes (197)
- Poesía (71)
- Política y administración (27)
- Recetas (17)
- Religión (33)
Archivo
-
►
09
(87)
- noviembre (3)
- octubre (1)
- septiembre (6)
- agosto (7)
- julio (7)
- junio (9)
- mayo (12)
- abril (9)
- marzo (10)
- febrero (9)
- enero (14)
-
►
08
(123)
- diciembre (11)
- noviembre (11)
- octubre (11)
- septiembre (10)
- agosto (10)
- julio (11)
- junio (14)
- mayo (11)
- abril (9)
- marzo (6)
- febrero (7)
- enero (12)
-
►
07
(163)
- diciembre (16)
- noviembre (14)
- octubre (13)
- septiembre (11)
- agosto (15)
- julio (9)
- junio (16)
- mayo (15)
- abril (13)
- marzo (13)
- febrero (12)
- enero (16)
No hay comentarios:
Publicar un comentario