Una de las montañas más conocidas de Suiza está en el Cantón del Valais y tiene tres o cuatro nombres: en italiano y español se conoce como el Monte Cervino, en alemán e inglés es el Matterhorn, Mont Cervin en francés y Horu en el dialecto autóctono del Valais.
Los francófonos dícen que el nombre de la montaña se debe a un acompañante de Gargantua, llamado Cervino, que en la obra de François Rabelais acompañaba al gigante en su viaje a Suiza. Cuentan que Gargantua aplastaba todo lo que se encontraba y lo único que se le resistió fué precisamente el Horu, el Pico, de 4.478 metros de altura.
El Cervino tiene a sus pies una de las mejores estaciones de esquí de Suiza y del mundo: Zermatt; 250 kilómetros de pistas, caracterizadas por la discreción suiza, en las que es muy difícil encontrar a famosos porque sólo se va a a esquiar y a disfrutar de la tranquilidad absoluta de su entorno.
Además, si se sube al Pequeño Cervino se puede esquiar entre Suiza e Italia sin necesidad de trámites fronterizos. Una experiencia inolvidable es subir en tren cremallera, no apto para quienes sufren vértigo, hasta Gornegrat, a 3.135 metros, desde donde hay pistas que llegan directamente hasta el propio Zermatt, 1.600 metros más abajo.
Otro atractivo es viajar en el 'Glaciar Express' que recorre 300 kilómetros de paisajes, puentes y túneles hasta Saint Moritz, el lugar ideal para disfrutar del aprés ski y hartarse de ver ricos y famosos.
1 comentario:
Publicar un comentario