
Cuenta una leyenda que, igual que en Maratón, en la batalla de Murten que enfrento a los berneses con las tropas de Carlos el Atrevido de Borgoña, allá por el año 1450, un soldado cogió una rama de un tilo que había en el campo de batalla y corrió con ella hasta Friburgo, a 18 kilómetros, para anunciar la victoria de los berneses. El mensajero murió en el empeño pero la rama de tilo prendió y echó raíces en el lugar en el que él cayó herido de muerte.
Y allí creció frondoso hasta que en 1983, un automovilista borracho chocó contra él y lo destrozó. Afortunadamente, las autoridades replantaron un retoño, esta vez alejado de las vías circulatorias, y el tilo sigue hoy creciendo en Friburgo para conmemorar la victoria de Murten.
1 comentario:
Si no se mató, pa matarlo, al automovilista borracho.
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