Este año, Martin ya ha podido cantar en un alemán impecable pero me cuentan que se ha negado a ponerse un chaleco que a su tío Guzmán también le hubiese parecido un espanto. Así que, rompiendo la uniformidad, como todavía no tiene edad para vestir el smoking, ha preferido un sobrio chaleco azul y corbata.
Desde muy lejos, cuando han visto la foto, sus dos compañeros del alma han coincidido en que ha hecho muy bien en ser diferente.
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