
La calle Largitzen, entre el parque Kannenfeld y la frontera con Francia, es ya conocida como la calle navideña de Basilea. Su mercadillo navideño reúne más de 100 puestos y en ella está la Casa de la Navidad de Johann Wanner, famosa por sus adornos.
Otro atractivo es el calendario de Adviento instalado por los vecinos de la calle. Desde el 1 de diciembre, cada día una nueva casa amanece con sus ventanas decoradas y poco a poco la calle se llena de luces y adornos para recibir la Nochebuena. Allí, los niños se divierten buscando la secuencia de los 24 días de Adviento, mientras los mayores disfrutan con las decoraciones caseras.

2 comentarios:
Aún recuerdo emocionado mi primer viaje a Centroeuropa, cuando con un compañero de trabajo, en una noche de Navidad muy fría, cogimos un autobús completamente vacío en el aeropuerto de Leipzig (Halle) hacia Chemnitz, y cuando nos acercamos a la ciudad y pudimos ver cada casa encendida y adornada... Desde entonces supe que la Navidad aún existía, totalmente compatible con mi ateísmo, y como un momento en el que todos parecemos querer decir al de al lado: "estamos juntos...". Besos.
Tienes toda la razón, esos mercadillos y el frío que acompaña tienen la virtud de trasladarnos a una especie de Arcadia feliz.
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