Hans Küng nació en 1928, en Sursee,Lucerna. Cursó filosofía y teología en el Colegium Germanicum et Hungaricum de Roma, estudios que amplió en la Universidad Pontificia Alemana y en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. En 1954, después de ser ordenado sacerdote, continuó sus estudios en el Instituto Católico de la Sorbona, en París, donde en 1957 se doctoró con la tesis : 'Justificación: la doctrina de Karl Barth y una reflexión católica'. En ella, Küng estudió las analogías entre la doctrina católica y las creencias sobre la justificación sostenidas por Karl Barth, un reputado teólogo protestante, también suizo, con quien Hans Küng consolidó una estrecha amistad. Este trabajo doctoral ha sido siempre muy valorado por los movimientos ecuménicos que intentan conseguir la unidad entre todas las iglesias cristianas.
A partir de 1960 fue profesor de teología ecuménica en Tubinga y participó activamente en el Concilio Vaticano II como experto, una labor en la que coincidió, entre otros, con Joseph Raztinger, en la actualidad, Benedicto XVI, y también con el jesuita alemán Karl Rahner y el dominico holandés Edward Schillebeeckx. Él era el más joven de este excepcional cuarteto de teólogos.
A partir de 1960 fue profesor de teología ecuménica en Tubinga y participó activamente en el Concilio Vaticano II como experto, una labor en la que coincidió, entre otros, con Joseph Raztinger, en la actualidad, Benedicto XVI, y también con el jesuita alemán Karl Rahner y el dominico holandés Edward Schillebeeckx. Él era el más joven de este excepcional cuarteto de teólogos.
En 1979 el Vaticano le retiró la licencia eclesiástica para enseñar doctrina católica. Sus estudios sobre las diferentes religiones, a lo largo de varios decenios, desembocaron en el Proyecto de una Ética Mundial (1990) y en la creación de la Fundación para la Ética Mundial, de la que es presidente desde 1995. Hans Küng es uno de los teólogos más destacados y controvertidos del pensamiento católico contemporáneo pero la lectura sin prejuicios de su obra sigue siendo necesaria.
2 comentarios:
He encontrado el momento de visitar tu página, ya la leeré con más detenimiento, ahora sólo te saludo porque tengo que escribir a mi "hermana adoptiva".
¿Has dedicado este párrafo a Küng y a Barth por el octavario, verdad? No se te escapa nada. Un beso.
Gracias 'Mudito', me ha encantado leerte aquí, de verdad. Un beso enorme.
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