En esta calle de Zürich se encuentran algunas de las tiendas más caras del mundo. De todos los escaparates que pueden contemplarse paseando por ella, sin duda los de las joyerías son los más impresionantes pero no son el único atractivo.
Por ella no circulan coches, sólo los tranvias, y el paseo puede ser muy agradable haciendo sucesivas paradas en algunos de los muchísmos cafés que se encuentran a lo largo de la calle. Ya se sabe que comprar es una actividad agotadora así que en esta calle está todo previsto para el descanso entre tienda y tienda. Son muy de agradecer no sólo porque en Zürich suele hacer bastante frío sino porque para la mayoría de los mortales es la única posibilidad de poder decir que te has gastado unos francos en tan exclusiva zona comercial.
Otros establecimientos estratégicamente situados en la Bahnhofstrasse son los bancos. Nunca se sabe cuando te puedes encontrar con el diamante de tus sueños y no es cuestión de no poder quedártelo porque no lleves dinero suelto en ese momento.
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